Comedia que juega al borde

08.10.2015 10:22

Por Fausto J. Alfonso

 

Tus excesos y mi corazón atrapado en la noche es un espectáculo que no escapa a las generales de su tiempo: cierto afán por involucrarlo todo, como si la teatralidad fuese (y de hecho en parte lo está siendo) una réplica del mundo internáutico donde cientos de íconos pelean unos contra otros por sobresalir. Por otro lado, en el devenir diario, los excesos del título no sólo son los tuyos, sino también los míos, los nuestros, los vuestros, los de ellos y ellas. Lo cotidiano y el mundo se han vuelto excesivos y el teatro, eterno espejo de los fenómenos cotidianos y mundanos, no quiere ir a la zaga y quiere mostrarlo todo.

En esa línea de atiborramiento, donde las cosas (las tramas, las relaciones) parecen funcionar por acumulación y saturación, se inscribe Tus excesos… Pero, ¿qué es lo que se acumula y satura? Los datos almacenados provienen de diferentes canteras: estilos, estéticas, temas, recursos técnicos, etcétera, que se codean en la pantalla-espejo. A saber: un registro que se falsea todo el tiempo, y permite alternar momentos sobrecogedores con delirio absoluto; cruce de géneros (como la incorporación del hoy ya consabido momento musical, que siempre sorprende, distiende, gusta); referencias verbales a la tecnología y uso explícito de la misma (proyecciones de videos, por ejemplo); intertextos cultos (puede ser Shakespeare) y populares (pueden ser citas, frases, discursos, canciones, etc., de distinto origen); referencias a temas polémicos (la droga, el sicariato) o políticamente a la moda (la problemática de género); incorporación del elemento extranjero (el yanqui, desde un clisé), de los estereotipos parodiados (una rústica policía, un escritor volado, etc.), del personaje fantasmático; introducción del discurso político-partidista (de más de un partido), a veces desde la parodia, otras desde el sarcasmo; referencia irónica a lo institucional (DGE, el Servicio Penitenciario, la Universidad de Congreso, el CONICET, etc.); homenaje a los maestros (como Ernesto Suárez); vinculaciones políticas con, por ejemplo, el deporte (al hablar de peronismo ya se han vuelto inevitables); y la aplicación de técnicas de extrañamiento (en el lenguaje verbal, la contraposición de caracteres, la utilización del tiempo y el espacio, las elipsis, el sonido y la iluminación) que permiten que todo este arsenal de recursos luzca enrarecido, como perteneciente a otra dimensión. Toooodo esto, a su vez y como si fuera poco, en el marco de la metateatralidad.

Manuel García Migani (Petshop, Melancia, Famélica, Mi humo al sol) es uno de los más destacados dramaturgos de la escena mendocina actual. Su visión no es la de un escritor solitario. Conoce el oficio teatral desde diversos roles (actúa, asiste, entrena, dirige y, obviamente, escribe) y se nota. Sus pares y la prensa también se lo han hecho notar. Esa formación y ese interés le permiten tener un amplio panorama y una cintura que, evidentemente, le dan confianza y resto para entregarse a Tus excesos… (texto distinguido por el INT en 2013), tanto como a su contracara: el despojamiento y lo intimista (expresado por ejemplo en Mi humo al sol).

Su creativo sentido del montaje (aquellas técnicas de extrañamiento) permite que este catálogo de inquietudes llamado Tus excesos… no naufrague estrepitosamente, que juegue al borde y deje el recuerdo de una comedia alocada, de espíritu extravagante, con aceptables actuaciones y unos cuantos minutos de más.

 

Ficha:

Tus excesos y mi corazón atrapado en la noche. Dramaturgia y dirección: Manuel García Migani. Intérpretes: Nicolás Berlanga, Eliana Borbalás, Cristian Di Carlo, Victoria Favier, Manuel García Migani, Silvina Persia, Valeria Portillo, Miranda Sauervein, Diego Quiroga. Asistencia estética general y diseño espacial: Marina Sarale. Asistencia actoral: María Del Valle Pereyra. Vestuario: Diego Bor. Sala: Nave Cultural (función del 07/10/15).