Develando las llaves hacia el horror

25.09.2022 12:46

Por Fausto J. Alfonso

 

En su último trabajo de dirección, la experimentada Noemí Salmerón se pone en modo discreto para ahondar la problemática de la violencia hacia la mujer. Esa discreción, se traduce en una puesta sobria, sin artificios que distraigan y en donde el texto es lo que importa -y cómo-, en el marco de un enfoque que no disimula su didactismo y compromiso.

La propuesta llega en nombre del emblemático grupo Zona, que desde hace 32 años capitanea Salmerón, y del cual han sido indisociables Hugo Marsala y Alejandro Conte, el primero de los cuales forma además parte de esta nueva incursión.

Claro que acá se han corrido a un lado las habituales extravagancias visuales y la apabullante maquinaria de recursos posmodernos que suelen entrar en choque o contradicción o ampararse en el capricho o el azar. Aquí se trata de ordenar un poco las ideas, entender cómo se llegó (y por qué subsisten) esas vejaciones sutiles o extremas hacia la mujer, en un repaso testimonial de los distintos matices que esconden los acosos y abusos.

Del estilo Zona, no obstante, queda la fragmentación narrativa, aunque en cuadros absolutamente definidos y claros; una ironía moderada -a la que Marsala suele sacarle provecho, así como en algunos pasajes pantomímicos-coreográficos-; algo de eclecticismo musical y no mucho más. El resto, que en tiempo real es la mayor parte, carga las tintas en las actuaciones -casi siempre encolumnadas en la confesión naturalista, individual o colectiva-, que encuentran cuerpos y voces apropiados en Noelia Videla, Carmen Yons y, especialmente, por carisma y precisión, en Karina Vizcaya y Paola Ortiz. Tarea muy difícil la que les ha tocado en suerte a todas, por el desafío artístico en sí, el dolor emocional complementario y la siempre riesgosa posibilidad de quedar pegadas a un panfleto oportunista. Cosa que, por suerte no pasa, aunque el espectáculo no disimule su textura de “material de estudio y reflexión”.

No sé qué pasó procura develar esos momentos donde se produce la baja de tensión, donde el príncipe comienza a declinar en sus supuestas virtudes, donde las propias madres asoman como aliadas del machismo, o donde la las instituciones, en complicidad con la maquinaria del consumo, te sugieren -de onda- cómo ser para que te vaya bien. Y te vean mejor, claro.

Temas como los celos enfermizos, el gaslighting, la romantización del dolor, la violencia intrafamiliar, la “farsa de la poesía” (mostrada en el atinado comienzo) o las estrategias de defensa/supervivencia, se desgranan en poco más de una hora, con el objetivo de hacer del teatro una herramienta útil. De hecho, la directora aclara que se trata de un “proyecto artístico social”, con el que aspiran llegar a la mayor cantidad de lugares, en tren de sumar algo a la concientización sobre el tema.

Los textos (varios inspirados en testimonios reales extraídos de internet) son crudos, pero no redundantes y en ocasiones apuntan a detalles que en ciertas actitudes de hombres (y algunas mujeres) parecieran ser intrascendentes, pero que en realidad poseen la llave para comprender el ingreso al horror. La propia Salmerón estuvo detrás de esos textos, a los que se sumó, con su trabajo dramaturgístico, la siempre afinada Sonnia De Monte.

Aunque hay desajustes técnicos -que seguro se emprolijarán durante las sucesivas funciones- y el despojamiento final de los vestidos sociales para dar paso a la esencia que iguala es un poco remanido o pueril, No sé qué pasó defiende con buenas armas su objetivo y tiene momentos que conmueven sin apelar al facilismo o al golpe bajo.

 

Ficha:

No sé qué pasó. Elenco: Zona. Intérpretes: Karina Vizcaya, Noelia Videla, Carmen Yons, Paola Ortiz y Hugo Marsala. Asistencia técnica: Daniela Quintero. Textos: Noemí Salmerón y Sonia De Monte. Vestuario: Andrea Cardoso. Fotografía: María Galdame. Diseño de Imagen: Lu Libertina. Prensa y Comunicación: Ramiro Mancuso y Paula Ledaca. Dirección: Noemí Salmerón. Elenco: Grupo Zona. Producción general: Paula Ledaca. Sala: Las Sillas (Chile 1754, Mendoza). Función del 23-09-2022.