Entre dos absurdos… la realidad

19.09.2023 13:02

Por Fausto J Alfonso

 

37° FIESTA NACIONAL DEL TEATRO - LA RIOJA / CATAMARCA 2023. Sede La Rioja, 19-09. El sexto día de la fiesta que nuclea a teatristas de todo el país, trajo consigo disímiles propuestas provenientes de San Luis, CABA y Buenos Aires. Las diferencias en cuanto a estética y calidad se hicieron sentir, como casi siempre. El absurdo sesentista llegó mal actualizado y en versión fastidiosa, la temática realista supo de un muy buen momento y la receta del viejo Parakultural se refritó con resultados bastante dignos.

Presuntxs Teatro (San Luis) llegó con Inciso Calva, título que en su guiño absurdista algo de su contenido anticipaba. Y efectivamente, la propuesta arrancó con una situación muy propia del viejo Ionesco, en la que una pareja –cuyo lazo en principio desconocemos- se encuentra y desencuentra. Juega a la persecución y a las escondidas, en un momento muy físico, sin texto y con vértigo, en el marco de una ambientación con potencial. De allí en más, la trama y la situación escénica se construye y destruye una y otra vez, mutando del absurdo hacia la comedia de suspenso con una pretendida hilaridad. La historia es –y se vende deliberadamente- confusa. Pero, ya en un berenjenal, actores y directores conectan la antigua estética con la actualidad, apelan a celulares y al streaming, recurren al público salvador y terminan por aniquilar lo que al menos hubiese sido un digno viejo conocido. El espectáculo se alarga, nada queda de lo prometido. Apenas las buenas intenciones de querer estar aquí y allá, ayer y hoy, al mismo tiempo y en un mismo sitio. O en distintos sitios: la realidad y la virtualidad.

Como contrapartida, el elenco La Emperifollada (CABA) propuso un espectáculo sobre “la amistad, el amor y la masculinidad” (sic sobre su propia sinopsis) que condensa, en solo 45 minutos, emoción y entretenimiento. Manuelita, tal es el título, resuelve con muy pocos elementos escénicos y textos precisos, que van al hueso, la relación entre dos jóvenes en un contexto donde talla el deporte como manifestación física, la culpa e inseguridades personales y una mirada ajena juzgadora, cuando no cruel. Un alambrado de cancha es suficiente para varias connotaciones. Una coreografía disco ideal para graficar lo reprimido. Un intertexto romántico (Romeo+Julieta, la de Di Caprio) propicio para ilustrar el enamoramiento, y también la fatalidad. Los recuerdos de la infancia, el fantasma de un machismo “positivo” y “aceptado” (Maradona), el sentido de pertenencia a un grupo y el descubrimiento del cuerpo propio y su relación con el otro, se suceden –entre otros aspectos- en una síntesis sin desperdicio a la que le ponen toda su espontaneidad y no menos técnica actoral los muy jóvenes intérpretes Tiago Mousseaud y Tomás Corradi Bracco, dirigidos por Alejo Sulleiro.

Finalmente, el absurdo volvió a la escena con La trayectoria de las moscas (Bs.As.), aunque en este caso con aires de descontrol caricaturesco, en la línea de lo que fueron en los ‘80 Tortonese-Urdapilleta. Dos mujeres (buenas actuaciones de Carla Areta y Massi Mena, también directores) esperan que algo pase, mientras multiplican hasta el infinito sus rutinas y tics vacíos de significado y de objetivos. De modo minimalista se repiten, se hartan de la otra y de sí mismas y encuentra placer pasajero en algún objeto, situación intrascendente, recuerdo o sueño descabellado. Frente a la nada –espacial y existencial- descargan su arsenal de descontrolados movimientos y sus juegos de palabras con que llenan el sinsentido vital. Le ponen gracia a una desgracia que ni siquiera saben de dónde proviene. La trayectoria de las moscas se alarga un poco, pero tiene onda y sabe a dónde apunta. Aunque Alicia y Alicia (los dos personajes) insistan en que nada pasa.