El duro equilibrio de ser mujer
Por Fausto J. Alfonso
Uno de los legados audiovisuales de la pandemia ha sido el teatro vía streaming. Los ecos de las discusiones y polémicas que desató en su momento se acallan con el paso del tiempo para dar sitio a un modo posible de ver -en vivo y en directo- manifestaciones que de otra manera no podrían ser vistas, por una sencilla y contundente razón que hace a las distancias.
Colectivos y organizaciones teatrales de todo el mundo han adoptado al streaming como una herramienta más y tratan de sacarle provecho. Quizás lo artístico del formato siga en vías de desarrollo por mucho tiempo, pero su valor informativo-documental (y de actualidad) ya es casi irrefutable.
Así lo entiende, por ejemplo, el Comando Teatral Alfonso Beal, que desde Puerto Rico y durante julio, se abre al mundo con su Festival Rojo de Monólogos. Evento dedicado este año a la célebre directora Victoria Espinosa, en su centenario, y a Edgar Quiles Ferrer, fallecido hace poco y fundador del grupo.
En ese marco, Mendoza estuvo representada por Laura Lahoz, quien durante la función del domingo 17 interpretó el monólogo Piedras, de Sonnia De Monte y dirección de Mariela Rígano. Un texto de gran belleza poética -como nos tiene acostumbrados De Monte- que contrapone las figuras y esencias de dos mujeres, en un juego que, en definitiva y deliberadamente, es de falsa oposición, dado que los padecimientos femeninos han sido comunes a épocas y culturas. El trabajo de la intérprete consiste en “hacer equilibrio”, tal como el mismo texto lo explicita a propósito de uno de los personajes y en alusión a una famosa piedra.
Así, la actriz se sumerge en una mujer que nos remite a lo ancestral y a la naturaleza, y en otra que refleja lo contemporáneo y lo doméstico. Lahoz logra el ida y vuelta de una hacia otra con fluidez, aun cuando las transiciones, a medida que avanza el monólogo, sean cada vez más marcadas y abruptas. A una de sus criaturas la dota de flexibilidad y la acerca a la tierra, llevada por un discurso lírico y sensorial y una voz estilizada y a veces honda. A la otra, la mecaniza, le imprime la velocidad de la vida moderna y la dota de un timbre metalizado, a veces molesto, propio de quien es superada por la situación. Aquí la palabra se vuelve más concreta, indignada, pero también ambigua. Es la palabra de una mujer alienada que ya no sabe cuándo debe exigir y cuándo complacer.
Vía streaming, uno de los mayores desafíos que tendrá el teatro por un buen tiempo es el de la puesta lumínica. Está claro que resulta muy complicado generar atmósferas (“antes que la luz ponga las cosas a la luz”, dice, casi irónicamente, una de las líneas del texto). Aunque con recursos mínimos, en Piedras es evidente la buena intención, alternando una luz cálida con otra dura, para marcar los contrastantes mundos. La primera combina bien con la simple pero efectiva escenografía, que se limita a un colchón de hojas secas y una vasija, generando un ambiente acaramelado que no compite, sino que se complementa con el vestuario negro/neutro de la actriz.
Piedras, en síntesis, se aproxima a la realidad femenina con la dureza y naturalidad propias de aquéllas.
Ficha:
Piedras, de Sonnia De Monte. Intérprete: Laura Lahoz. Asistencia: Julio Basle. Dirección: Mariela Rígano. Festival Rojo de Monólogos (Puerto Rico). Vía streaming. Función del 17-07-2022.