Iniciación al teatro mendocino (por TV)
Por Fausto J. Alfonso
“Cada pueblo inventa su propio teatro”, reza una de las frases del texto introductorio a El país en escena, el envío que va los lunes a las 23 por la Televisión Pública Argentina (Canal 7, Bs.As.). Descubrir en qué consiste ese “invento” es la tarea que se han propuesto la actriz Gabriela Toscano y su pareja, el director Carlos Rivas. Juntos, de la mano, de modo indisimulablemente romántico, recorren la Argentina descubriendo la realidad de la escena de distintas ciudades, tratando de comprender cómo se forja el teatro independiente, qué personalidades lo fogonean y qué estéticas acoge.
La propuesta se centra en el recorrido por distintas salas con entrevistas in situ a los creadores y pasajes de ensayos de sus obras más recientes. Pero el paisaje natural y algunas construcciones emblemáticas de cada lugar no están exentos del periplo. Así, para el caso de Mendoza (sexto programa sobre un total de once previstos), el recorrido se salpimentó con planos cordilleranos, vistas de la Peatonal Sarmiento, los portones del Parque San Martín, algún trole surcando el centro, la Plaza España, el Museo del Área Fundacional, etcétera. “¿El teatro expresa el paisaje?”, se pregunta Toscano sobre un cada vez más tambaleante puente de Cacheuta. A Rivas le parece óptima la pregunta y propone ir en busca de la respuesta. Sin embargo, esa pregunta queda sin respuesta. Aunque por suerte existen -a lo largo de los tres bloques en que está planteado el programa- unas cuantas reflexiones para otros tantos interrogantes.
Los artistas escogidos para esta ocasión fueron los directores Juan Comotti (40), Ariel Blasco (32), Ivana Catanese (de quien ¿por galantería? no se consignó la edad) y Fabián Castellani (44). Todos ellos con una trayectoria ya probada, y un estilo y una búsqueda definidos. Si bien no son “emergentes”, como señala la sinopsis del programa en la página oficial del canal, sí son muy representativos de una franja generacional que se encuentra en plena actividad y notablemente diferenciada de sus antecesores. Primero entrevistados por separado, en el bloque final todos confluyen en la misma mesa –vinito por medio- para una reflexión conjunta sobre la actualidad teatral, el siempre enigmático público y especulaciones varias. Además, cada bloque cierra con minidefiniciones de distintos actores (vinculados a los directores elegidos) que expresan, del modo más simpático posible, qué es el teatro para ellos.
Y si de humor se trata, a la hora de presentarse, cada entrevistado lo hace subrayando el suyo. Humor con gran carga de verdad, por cierto. Por eso Comotti no dudó en confesar que se dedicó al teatro “para seducir mujeres” (presumimos que a estas horas habrá tomado conciencia de que ser entrevistado por la bella, cálida y excelente actriz Gabriela Toscano es el máximo premio que podría haber recibido su faena seductora). Blasco, por su parte, no tuvo empacho en reconocer que él quería ser “recolector de basura” y, más adelante, en considerar que como actor hace agua: “He cambiado una rueda, pero no soy mecánico”, argumentó de modo creativo y contundente.
El programa desanda su camino con naturalidad, con afabilidad, bien llevado por un dúo que conoce los tiempos y la sensibilidad de los artistas. Desde preguntas claras, para nada ambiciosas, permite que el espectador común se lleve un panorama interesante de la “ciudad teatral” visitada, conozca sus rostros representativos y varios datos clave (a los dicho oralmente se suman los que aparecen en videograph). La producción periodística es de Verónica Pagés (mendocina afincada en Buenos Aires desde hace mucho y periodista de La Nación), el guión pertenece a Bibiana Ricciardi, y la música original, cerrando un triángulo familiar, a Bruno Rivas Toscano.
Así, el espectador se entera de que en Godoy Cruz existe la Enkosala Gladys Ravalle, que el INT ayudó a terminar de anclar y que es “manejada con amor, a pulmón y haciendo arte”, según Comotti. Que en Pedro Molina hay otra, El Ojo Azul, que Castellani lleva adelante alentado por los fantasmas del pasado huarpe de la zona. Que Ivana Catanese actuó en japonés y está casada con el estadounidense Kameron Steele, experto en el método Suzuki. Que Blasco eligió un espacio no convencional para darle larga vida a su puesta de Reflejos. Que a Comotti le gustan los elencos multitudinarios, pero a Castellani no. Que a Blasco le gustan los procesos largos, pero a Castellani… también. Que el origen de Catanese como actriz está en las payasadas que hacía en la vereda de su casa natal. Que Blasco paga para hacer teatro, que Comotti estrena 10 o 12 obras por año, que Catanese es la directora de Me pegan las luces y Castellani de El desesperado reino del amor.
Y que ninguno, pero ninguno, está dispuesto a abandonar sus objetivos en pos de transar con el espectador cómodo. Pero Castellani menos que menos. Telón televisivo.