Matrimonio… y nada más

27.01.2020 18:03

Por Fausto J. Alfonso

 

Se vienen los Oscars. Y con ellos, como siempre, un atracón de indignación. Que empieza, por supuesto, a la hora de conocerse las nominaciones. Historia de un Matrimonio es uno de los títulos que este año estimula, con no poco ahínco, esa indignación. La película dirigida por Noah Baumbach es desvergonzadamente ramplona y especuladora. Carece de cualquier tipo de logro cinematográfico, juega al extremo con el realismo hasta volverse inverosímil y se quiere dar el lujo de coquetear con (torpes) momentos de humor. Bah, no es que quiere; se lo da.

Virginia Lago, que es una buena actriz -aunque algunos no quieran asumirlo- pero también es una descarada presentadora de telefilms, gustosamente obsequiaría esta gema de la mediocridad si aun tuviese al aire su ciclo Historias de Corazón (un título pariente al de la película en cuestión).

La consabida fórmula de la “película de divorcio” está aplicada al cien por ciento y uno tranquilamente puede ver el comienzo y el final (esto es, unos 12 minutos en total) y comprender perfectamente el calvario por el que han pasado Nicole (Scarlett Johansson) y Charlie (Adam Driver). Atentos a que la duración del film es de 136 minutos, es un buen negocio. Entre uno y otro extremo hay minutos suficientes (124) para disfrutar de la pareja, en caso de tenerla.

Oda a los lugares comunes, Historia de un Matrimonio sirve para confirmar todo lo que ya nos contaron millares de films, estadounidenses a la cabeza. Sobre todo, aquello de evitar contratar a un/una abogado/a, si no quieres que a la pena se le sume la desgracia. Pero claro, sin abogados/as, la anécdota quedaría corta, y esto se trata de un largo. Por eso entran en escena tres arquetipos de profesionales del derecho, interpretados por tres ilustres: Laura Dern (que está estupenda), Ray Liotta y Alan Alda.

Pero ni esa plana mayor de actores puede salvar del naufragio a esta sensiblera incursión en la vida privada de dos artistas. Porque es un matrimonio de artistas, claro. ¿Homenaje a Bergman? ¿Homenaje a Allen? Cierta prensa, tanto de la progresista como de la conservadora; es decir, periodistas de medios bien antagónicos, han visto en el engendro a un Woody Allen perfeccionado. Otros hablan del bodoque como de la Escenas de la vida conyugal del siglo XXI. Es decir que, de aquí en más, al referirnos a Baumbach deberíamos hablar de un genio al cuadrado. Queda para el lector revisar los antecedentes del director (una decena de films y algunos trabajos para la tv) para confirmar que no se trata de un iluminado.

Aunque se sabe: en materia de Oscars todo es posible. Y hay, desde hace un tiempo, una tendencia a reivindicar a cineastas del montón o de medio pelo, cuando éstos “sorprenden” con algo ligeramente superior a su media. El año pasado, sin ir más lejos, el Oscar al mejor film fue para Green book. Una película de… ¡¡¡Peter Farrelly!!! Favor de ver su filmografía. Y este año, además de Baumbach y su historieta, las tintas se cargan en Todd Phillips, el director de Joker, cuyos antecedentes se reducen a un puñado de comedietas para adolescentes que ni siquiera quieren asumirse como tales.

Historia de un Matrimonio compite en seis rubros: película, actor, actriz, actriz secundaria, guión original y banda sonora. Ningún jurado sensato debería votar estas opciones. Después de todo, siempre se dice que el hecho de estar nominado ya es un premio en sí mismo, clisé que aquí viene muy al caso. Porque en definitiva, la película -prescindible como tantas otras- no nos ofrece nada nuevo. En este sentido, hay que elogiar la humildad de su título. Pero uno siempre le pide al cine un “algo más”. Hasta Hugo Moser lo tenía claro.

 

Nota: La escena entre el protagonista y la asistente social es toda una provocación a ametrallar la pantalla.

 

Ficha:

Historia de un matrimonio (Marriage story, EEUU, 2019, 136’). Dirección y guión: Noah Baumbach. Intérpretes: Scarlet Johansson, Adam Driver, Laura Dern, Julie Hagerty, Alan Alda y Ray Liotta. Música: Randy Newman. Fotografía: Robbie Ryan.