Teatrista con cintura se prueba el traje oficial

22.12.2020 20:55

Por Fausto J. Alfonso

 

Siendo las 18.51 del 22 de diciembre de 2020, el INT no ha actualizado su página. En el ítem representantes provinciales se mantiene como vacante el espacio destinado a Mendoza. Pero eso no importa. Ya es un hecho. Al menos desde que trascendió públicamente el día 18, tras la salida de la resolución el 15.

Concretamente: Sacha Barrera Oro, de aquí en más Sacha Barrera Oro Maldonado, es el nuevo representante provincial del organismo en Mendoza, lo que implica renovación y cambio. Cambio y renovación para una institución que a nivel local no ha sabido de muchas alternancias desde que el INT es el INT (1997), más allá de aquéllas a las que nos acostumbraron los delegados Marcelo Lacerna y Gustavo Uano (y sin que esto implique una evaluación de las respectivas gestiones). Con el primero al frente del Independencia y el segundo como máxima autoridad del INT, se hacía muy difícil imaginar un sucesor.

Ahora, el jurado pertinente del concurso no menos pertinente se decidió por Barrera Oro Maldonado, un teatrista con una copiosa obra como dramaturgo, director y actor. Un artista querido por sus pares (o al menos eso dicen los mismos pares). Un activista por los derechos humanos. Un viñamarino de nacimiento (1973). Un niño que desandó su infancia en Buenos Aires de la mano de sus abuelos. Que, con la desaparición de su padre, sufrió de lleno el impacto del accionar militar de los ’70 (su abuela, la célebre Margarita, fue una de las fundadoras de las Madres de Plaza de Mayo). Que de adolescente supo qué era Europa, gracias a la guía de unos parientes. Que coqueteó con la Química, se hermanó a la Plástica y se casó con el Teatro. Que recaló finalmente en Mendoza y se hizo un nombre. Y un curriculum que inspira respeto.

Más allá de que su producción tiene una estética (un fondo y una forma) muy personal, muy definida, el teatrista Sacha ha probado sobradas veces su flexibilidad, su afinada cintura para trabajar en distintos ámbitos, abordar disímiles temáticas y manejar presupuestos diversos (o inexistentes). Pasó por la Escuela de Teatro de la UNCuyo, fue becario del plan nacional INT-Argentores; y realizó cursos y talleres con Daniel Fermani, Sara Torres, Arístides Vargas, Jorge Dubatti y Patrice Pavis, entre muchos más.

A partir de textos propios (a esta altura muchísimos) dirigió Saravá, Hermanitos, Un pozo de ojos, Marea roja, Muñequitas del aire y Elba y el asesino de Elba. Hay varios volúmenes y antologías que incluyen obras suyas, varias de ellas llevadas a escena por importantes puestistas de Mendoza y otros lares. Creó los elencos Cuatro Dedos, Educación Pública y Caroteno. Fue dramaturgista de varias creaciones, como de la recordada Ruido blanco (del grupo Cajamarca). Ha despuntado el vicio del humor en vivo y por Youtube; y realizado tareas de corte social desde la misma actividad teatral. Ha concretado insólitos trabajos a pedido y ha sido parte del fugaz grupo Los Dramaturgos del Reloj Solar. Su obra fue y es objeto de estudio del académico Luis Emilio Abraham. Etcétera, etcétera.

Ahora el Sacha, como le dice la mayoría, el teatrista Sacha, le cederá protagonismo al funcionario Barrera Oro Maldonado, en un contexto extraño para el mundo en general, Argentina y Mendoza en particular, y las artes escénicas específicamente. Deberá probar la vigencia de aquella flexibilidad que lo ha caracterizado, lucir aquella cintura afinada en un ámbito como la gestión pública, donde las grietas y tensiones son moneda corriente. Donde la burocracia, como en la milicia, pide primero que las órdenes se cumplan y luego se discutan (en general, cuando ya es tarde y se vino la segunda ola de lo que sea).

Tanto en la información oficial difundida por el INT como en distintas entrevistas en medios locales (sobre todo radiales), el flamante representante ha insistido en lo que podríamos definir como el lema de lo que será su accionar: “El teatro es un derecho y un trabajo. Propiciar derechos es la tarea”. Que el lema no se banalice, que no se transforme en slogan, será la clave de esa tarea, de su tarea. Pensar que el teatro, a su modo, también es un derecho humano -de todos los humanos y no de un grupo- seguramente ayudará.

Por lo pronto, una primera curiosidad que arroja su designación. Curiosidad que entendemos escapa a su responsabilidad, al menos por ahora. Atención: para acceder a una entrevista con el flamante funcionario hay que comunicarse con una agente de prensa que trabaja para la delegación local del INT, pero que vive en Canadá. Esto se puede leer como lo bueno que nos concede el progreso tecnológico-capitalista: estando a metros del entrevistado, pero gracias al buen uso del whatsapp, el trámite cobra una estatura internacional que antes era imposible conseguir. Muy bueno, pero no deja de ser curioso.

Claro que se va a extrañar cuando al teatrista Sacha le mandabas directamente el mensajito para hacer la nota en el café de allí a la vuelta.