Una receta feroz como su lobo

15.03.2022 12:35

Por Fausto J. Alfonso

 

Parado en las múltiples facetas de un único personaje, El manjar de la abundancia propone un viaje hacia los orígenes de la deformidad y su consecuencia última, su clímax: la monstruosidad. Un recorrido que bucea en el pasado de un ser -desempolvado por él mismo- donde las circunstancias sociales y personales moldean una figura tan repulsiva como contradictoria, movida por el resentimiento, la venganza y la nula autocrítica.

La obra de la prestigiosa y prolífica Sybille Berg (Weimar, en la ex Alemania del Este, 1968), estrenada en julio pasado y ahora reflotada en la misma Enkosala Gladys Ravalle, es hasta acá la última (y la número 11) en sumarse al proyecto continuo que une al Joven Teatro Goethe y la Sociedad Goetheana Mendoza, con la intención de difundir la dramaturgia contemporánea alemana a través de su puesta en escena. El texto elegido, esencialmente universal, es apenas condimentado por algunas pocas referencias cercanas.

Para la puesta, Juan Comotti escogió una de las opciones de interpretación propuesta por Berg: que el personaje se multiplicara en once actores y que éstos se presentaran de a uno y de manera consecutiva, con sus propias voces y fachadas, hilvanados por una sola acción que atraviesa todo el arco narrativo: la de cocinar el manjar del título. Mientras, desde el exterior, voces y ruidos alteran al de por sí crispado cocinero y “jefe de familia”.

Como lo hizo con éxito al montar La farsa de los ausentes, el director eligió la estética del bufón y una banda de sonido potente, que apuesta al sobresalto, y en la que se impone The Final Countdown (Europe), muy apropiada elección considerando que el personaje ensaya una carrera contrarreloj en la elaboración de una “exquisitez”, ante la inminente llegada de su mujer Claudia y su hijo. Una receta hecha con más ferocidad que amor.

El ahora, signado por la escatología y la violencia, se funde con el pasado evocado verbalmente y con su cúmulo de frustraciones, deudas pendientes e hipocresías. La ácida crítica a la burguesía media no tarda en aparecer. El cuestionamiento al capitalismo se ve venir. Y el juzgamiento al patriarcado y a los mandatos subyace línea por medio. Pero el “modo bufón” hace que las obvias ironías o sentencias se transformen en burlas ambiguas, potenciando el discurso, convirtiéndolo en una (buscada) arma de doble filo de la que todos podemos convertirnos en víctimas.

La cocina escenográfica, como un depósito decrépito, es un reflejo de la suciedad del cuerpo y el alma. Testigo de un aborto y otros sucesos familiares. Pasarela de prótesis, aditamentos y amputaciones. El lobo feroz nos arrima a ése, su centro de operaciones. Hasta promueve que colaboremos en la cocción, echando a la olla uno que otro ingrediente. Y nos anima a que sugiramos cosas. Cercado por el pasado y ante un futuro incierto, busca la condescendencia del espectador. Se vende como buen tipo. Como una víctima de la decadencia generalizada y de la incomprensión.

Las distintas deformidades y cicatrices (desde un pene hiperbólico a un desdoblamiento siamés) promueven a su vez interpretaciones y significados diversos sobre las actitudes y opiniones de este ser, si bien oscuro, terrorífico, también complejo y rico dramáticamente. Una criatura siempre atractiva, aunque interpretada con desniveles y que llega a momentos de intensidad visual, verbal o de acción con las actuaciones de Víctor Agüero, Gustavo Adolfo Ramírez y, sobre todo, Cristian Bustos.

El manjar… es un convite para desprejuiciados, para curtidos en la estética del desagrado y amantes de rascar la roña para llegar a entender mucho de lo que pasa por la cabeza de este mundo contemporáneo en el que hay bastantes desperdicios y poca sanitización.

Ahora… una interpretación más mundana -y literal- nos lleva a repensar si la comida entra realmente por los ojos y si alguien puede conquistar al otro empezando por seducir a su estómago. Vaya y deguste. Los Mallmann abstenerse.

 

Ficha:

El manjar de la abundancia, de Sibylle Berg. Intérpretes: Víctor Agüero, Jhony Vaca Peñaranda, Ariel Peralta, Gustavo Adolfo Ramírez, Cristian Bustos, Raúl Javier Lisanti, Charly Suárez, Guillermo Oliva, Sergio Ordovini, Roberto Miranda con Alejandro Ferluci y Bernardo Herrera. Dirección: Juan Comotti. Sala: Enkosala Gladys Ravalle (Alte. Brown 755, G. Cruz.). Función del 13-03-22.